El LFA fue la última de las innovaciones de la maraca japonesa lexus. Destaca por su última invención de retrovisores que en vez de abrir el aire y aportar carga aerodinámica como en los demás deportivos, este lo envía hacia unas parrillas de refrigeración en la parte trasera de las puertas lo que aumenta considerablemente su aerodinámica y capacidad de refrigeración.
Pose un motor V10 de 4.800 cc que es capaz de generar 560 caballos y un máximo de 9.100 revoluciones. Puede alcanzar los 100 km/h en menos de 3,7 segundos y sus revoluciones máximas en menos de 1 segundo.
Para distribuir esta potencia posee una caja de cambios con sistema de embrague dual, de 6 marchas con cambio por levas.
ES un coche rápido, versátil y sobre todo, para fardar.